jueves, 2 de agosto de 2018

Tercera estación: Recaída y en proceso de liberación



Como les comentaba en una de las publicaciones anteriores, mi historia continúa, acercándose cada vez más a lo que vivo actualmente.

Ahora comenzaré en mi tercer año de universidad, con 20 años, comencé a tener síntomas de ansiedad de nuevo, pero esta vez, se sintió diferente a las demás veces, esta vez fue algo más profundo que eso, fue una sensación aún peor que la primera vez que sucedió esto. 

Dicen que las recaídas son peores que las primeras veces, y al menos en mi caso, es cierto. Yo ya llevaba dos años sin tratamiento, ni psiquiátrico ni psicológico. Pero como ya les había comentado anteriormente, soy una persona que se guarda sus emociones, y realmente, no me doy cuenta de la forma en que me afectan, hasta que todo explota en mi cara. Y esta vez, fue una de esas veces. 

Había estado sintiendo los avisos, pero los ignoraba, ignoraba mi insomnio, mi poca concentración e interés por mis clases, por mis amigos, por convivir. Comencé a sentirme irritable todos los días, despertaba con ganas de quedarme en cama todo el día, no quería que nadie me molestara. 

Me daba pánico salir de mi casa, sentirme enferma y no poder hacer nada al respecto. No me sentía en control y eso me traía vuelta loca, los ataques de pánico se volvieron cada vez más frecuentes, pero no más que las ganas de llorar, éstas si fueron constantes. 

Y entonces todo empeoro, todo se salió de control, todo se fue a la basura, me sentía totalmente desconsolada, lo único que se repetía en mi mente una y otra vez es que había fallado, había fallado en mi recuperación, que era un fracaso, me sentía culpable, como nunca.

Comencé a enfermar otra vez, lloraba todos los días, me sentía miserable de nuevo, pero fingía. Fingía que no pasaba nada, no quería que nadie se enterara del fracaso que yo representaba, ¿por qué? Porque no había podido controlar mi ansiedad. Todo era mi culpa. 

Y ahora me sentía de vuelta al inicio, sentí que caí aún más bajo de lo que había ido la primera vez. Todo me golpeó de la nada, y muy fuerte. Yo no podía con mis emociones, con los pensamientos que me atacaban día y noche, sentía que el monstruo me comía por dentro. Que no me dejaba en paz. 

De nuevo tuve que regresar a tratamiento psiquiátrico, y esta vez, me sentía avergonzada de eso. Porque en mi interior era una derrota, me habían derrotado, había caído. 

Empecé tratamiento psicológico con una persona nueva, y esta vez, me encargué de no ocultar nada, de exponer todos y cada uno de mis pensamientos, mis sentimientos. Todo.

Ya estaba harta de todo esto, me sentía culpable sin saber por qué, ni de qué. Pero entonces me vino otro golpe. Me diagnosticaron depresión junto con ansiedad. ¿Qué? Ahí fue cuando ya no podía más. No lograba entender qué sucedía, ¿por qué tanto peso? 

Además, la medicina me afectó más que antes, ya que estos medicamentos tienen efectos secundarios, yo los sufrí por un tiempo que me pareció eterno. 

Lo peor de todo es que, me sentí vacía de nuevo. 

Me sentía sola sin estarlo. Es lo peor que le puede pasar a alguien que no padece de una enfermedad física. Que aparentemente se encuentra bien, pero en su interior, todo es un desastre. Todo esta mal. Y no logra aferrarse a nada. Así me sentía yo, que iba cayendo y cayendo y no lograba sujetarme de absolutamente nada. 

Lo iba perdiendo todo. Perdí mi control, perdí mi conocimiento, me quedé en blanco de nuevo, porque todo lo que había logrado aprender respecto a mi ansiedad ya no funcionaba. Me sentí destrozada.

Y entonces, llegó el momento de empezar el proceso terapéutico, mi batalla más grande. Al fin me enfrentaría de lleno, de una vez por todas. 

El comienzo fue duro, expuse todo mi pasado, mi dinámica familiar, mis relaciones interpersonales, todo. Hasta llegar a mí. 

Creo que eso fue lo  más difícil, hablar sobre mis miedos, sobre mis círculos viciosos, sobre todo aquello en lo que me encontraba atrapada, fue difícil buscar mi esencia, aquella persona que se encontraba protegida detrás de todo este mar de desastres. 

Fue difícil llegar a la conclusión de que debía aceptarme como era. Como soy. Porque no hay otra opción, regresar a lo mismo no era siquiera una decisión que tomaría. Aceptar que tienes un problema, un trastorno mental, una enfermedad, como cada quién lo llame, es lo más duro. Escuchar la verdad, la cruda verdad es lo que más duele, se siente en lo más profundo del corazón y te hace doler tu alma, tu espíritu. 

Pero después de mi arduo trabajo, lo acepté. y poco a poco fui trabajando, comenzando a enfrentar pequeños retos que eran grandes logros para mí. Como el ir a un lugar desconocido, probar comida nueva, hablar con un extraño, contestar llamadas, cosas que a mí se me dificultaban. 

Hoy me siento orgullosa de todo eso que he logrado enfrentar, y solo quiero decirles, antes de continuar mi historia que, deben ser fuertes, aunque las situaciones que vivan sean difíciles, no se dejen vencer, puede que los tumbe una que otra vez, y tal vez, lleguen a sentirse como yo en algún punto de su vida, pero todo volverá a estar bien, tengan fe en ello. 

La psicóloga que comencé a ver en este nuevo intento, me ayudó a conocer nuevos caminos para afrontar mi situación. 
Me ayudó a llorarle a mi pasado y a dejarlo ir. Poco a poco he dejado ir a la niña indefensa que se enfrentó a la ansiedad por primera vez, y me he dado cuenta que estaba luchando conmigo misma. 

La ansiedad es parte de mí, es parte de quién soy, soy yo misma gritándome que debo solucionar algo que se encuentra fuera de lugar en mi vida, en mi cuerpo, en mi espíritu y alma. Les debo confesar que estas palabras han sido difíciles de escribir, porque vienen de lo más profundo de mi ser, continúo mi camino, ya no lo llamo lucha, porque no lo es... es solo mi camino a encontrarme conmigo misma. 

Después les compartiré tips que utilizaba para enfrentar mi ansiedad, les compartiré mis escritos en los momentos más oscuros de esta etapa y los que aún continúo teniendo, porque sigo teniéndolos, como todos. Esta historia aún no termina.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Estación actual parte 1: Mi filosofía de vida para ti

Y bueno, llegamos a la estación en la que me encuentro en la actualidad... estos meses han sido de recuperación, han sido enteramente dedi...