martes, 31 de julio de 2018

Perfección



Al fin ha llegado una de las respuestas que he buscado por un tiempo, pero que no me atrevía a preguntar en voz alta, y hoy tampoco, sin embargo, lo que hace la diferencia este día, es mi increíblemente molesta aptitud, la cual me destaca de los demás, el poder que tengo de destrozarme a mí misma con mis propios pensamientos, porque a veces mi mente es más poderosa que yo, y he aprendido esto por las malas.

Comprendí la razón por la que siempre, cuando llega el momento de tener trabajo por realizar, me obsesiono. En mi tiempo libre, no hay nadie que me busque, que me interrumpa. Todos se van.
Todos están ocupados, todos tienen cosas que hacer. Incluso, tienen viajes que llevar a cabo, cosas comprensiblemente más importantes que la simple acción de escucharme unos cuantos minutos.
Porque cuando yo termino todo, no hay quien me acompañe, y tal vez es esa la razón por la que mi mente da mil vueltas, y no se apaga nunca.

Yo solo intento alejarme de lo que más me lastima. De mí misma. Soy la persona más perfeccionista con la que me he topado, y no puedo evitar demostrarlo ante los que demás, ese ser que ansía la perfección y que habita en mi interior, es un monstruo, que me consume poco a poco. Me exijo tanto a mí misma que a veces me es imposible distinguir mis propias habilidades, porque me encuentro tan preocupada y sumida en buscar satisfacer a esa persona, que olvido la frecuencia en que repito las cosas, pero me ayuda a olvidar que la mayor parte del tiempo, soy olvidada. Dejada de lado, y así ya no me lastima.

Escrito 20/04/2014


A continuación les dejo un escrito propio de hace unos años....

20/Abril/2014


¿Temporalmente? ¿Quién habla de que esto será temporal? Yo no me he recuperado temporalmente. Yo voy a lograr que todo esfuerzo sea recompensado, que tenga un propósito y que su objetivo se cumpla. Tengo que dejar de hablar y solo hacerlo. 

¿A qué le temo tanto? no hay nada. No hay motivo, no hay miedo real, no hay impedimento, no hay nada. 
¿Entonces? debo dejar de decir que no sé, y buscar una respuesta, luchar por acabar con esas opciones incompletas. Dejar de hacerme sentir miserable. O siquiera dejar de decir que lo soy. Yo soy fuerte y quiero demostrarlo, quiero demostrar hasta donde puedo llegar... y lo haré.


Primera estación: Bienvenida al mundo de la ansiedad


He decidido llamar este capítulo "Primera estación" debido a que comenzaré a hablarles acerca de lo que vino después del fin. Después de esa temporada terrible en la que padecí un miedo a comer, la pérdida de peso y todo lo que conllevó.

No volví a tener problemas de ningún tipo, hasta que tenía 15 años en el año 2012, estaba en primero de preparatoria, y para ese entonces yo ya me había alejado de todas mis amigas, la etapa de crisis que sufrí anteriormente a ese tiempo, como mencioné en mi publicación anterior, me hizo aislarme, alejarme de todos y todo lo que amaba.

Entonces, a los 15 años, un día comencé a sentirme diferente, por las noches no descansaba, tenía dolores de cabeza constantes, tenía problemas para concentrarme durante las clases, por lo cual, mis calificaciones se vieron afectadas, recuerdo que me sentaba en mi lugar dentro del salón de clases, y me sentía fuera de lugar, todo me molestaba, me sentía tan enojada con todo y todos que a veces esa ira era incontenible y terminaba lastimando a las demás personas. 

Me volví aún más seria de lo que ya era, todos los días sentía ganas de llorar, pero una forma de llorar desbordante, incontrolable, de esas veces que sabes que si empiezas a llorar, no podrás detenerte. Por lo tanto, yo me guardaba todo eso. 

Ni siquiera me daba cuenta de que lo hacía, pero guardaba cada una de mis emociones, y eran como dije, emociones desbordantes, ira, tristeza, culpabilidad, de todo. 

Entonces, comencé a sentir como si me hubiera congelado por dentro, ya no sentía nada por nadie ni por nada. Era indiferente a todo, incluyendo los sentimientos de los demás. 

Ese tiempo lo recuerdo como si yo fuera otra persona, y me hubiera estado observando de lejos. No me sentía yo misma, en ese momento me vi dividida, era como si hubiera otra persona dentro de mí, una persona fría, indiferente, hiriente, que solo buscaba satisfacer su ira y aumentar mi sufrimiento y muy en el fondo, estaba yo.

Comencé a tener ataques de pánico, pero en aquel tiempo, no sabía que eran, y mucho menos cómo se llamaban. Los tenía cada momento de cada día, a veces me tomaban por sorpresa en lugares menos esperados, y otras veces los sentía venir, en esos instantes el pánico se apoderaba de mí, de mi cuerpo, me sentía fuera de control, pues desconocía lo que sucedía conmigo.

Recuerdo que me puse a buscar técnicas de relajación, actividades que distrajeran mi mente, me sentía desesperada, desconocía a lo que me enfrentaba, así que, utilizaba lo que tuviera a mi alcance, comencé a escuchar música de relajación, pero no lograba contener la sensación de que algo horrible me sucedería y que yo no sería capaz de detenerlo.Me sentía indefensa, pequeña y débil.

Les debo confesar que por aquel tiempo, cambié mi forma de ser tan radicalmente, tanto que llegué a cortarme el cabello yo misma, porque en mi mente existía la idea de que yo estaba volviéndome loca, y creía que mi exterior debía reflejar lo que sentía por dentro. 

Mis padres no querían ni siquiera pensar en que yo podría tener algún trastorno mental, ni nada parecido, les era algo inaceptable. Por lo tanto, ellos solo se molestaban conmigo, me reprochaban mi comportamiento y me decían que era mi imaginación. 
Yo siendo una adolescente, no lograba entender que me pasaba, así que, comencé a investigar. Comencé a llenarme de conocimiento acerca de lo que podría pasarme. Y me di cuenta de que necesitaba ayuda profesional.

Mis padres accedieron y me llevaron con otra psicóloga, no la que mencioné anteriormente, era una persona que habían recomendado mucho, y ella me habló sobre los trastornos de ansiedad, me hizo muchas preguntas, a las cuales yo no tenía ninguna respuesta.

Debo afirmar que en ese entonces no tenía el autoconocimiento que tengo ahora, con el paso del tiempo fui desarrollando esta habilidad de introspección. 

Y bueno, esta psicóloga me dirigió con un psiquiatra. Y ahí fue cuando recibí mi primer tratamiento psiquiátrico. 

Honestamente, yo no sentí ninguna mejoría, en nada, ni con el tratamiento, ni con las sesiones con la psicóloga, pero seguía asistiendo. ¿Por qué? Porque mi mamá estaba tan entusiasmada, siempre me preguntaba si me sentía mejor, si me ayudaba. Y yo, decía que sí. Aunque no era cierto, por ello me sentía tan culpable que no logré seguir mintiendo y le dije la verdad. 

En ese año, no obtuve avance, me sentía estancada, con una actitud de lo peor, y un sentimiento de vacío interno. Mis calificaciones siguieron empeorando, tanto que llegué a reprobar materias, pero era porque no lograba concentrarme en las actividades y mucho menos en estudiar como debía. 

Para cuando terminó el año, yo me sentía destruida, me sentía dañada, creía que jamás obtendría la ayuda que yo necesitaba, porque no lograba expresar lo que sentía, lo que pensaba. 

En ese tiempo, llegó una persona muy especial a mi vida, mi novio, con el cual, al principio de nuestra relación, no fui muy amable. Lo ignoraba por completo, pero mi actitud era parte de todo lo que estaba padeciendo por dentro, y eso fue solo la punta del iceberg.



Esta es una de mis frases favoritas, y creo que describe exactamente lo que he aprendido con el paso de los años.



El comienzo de todo...¿Qué es esto?: ¿Estrés? ¿Anorexia?


"Los días siguen, y vivo en la extraña sensación de que son ellos quiénes me viven, y yo soy el tiempo que ellos recorren."

 Mi nombre es Katya Armenta, tengo 21 años y esta es mi historia...

Comencemos por el año 2010, en esos tiempos yo era una adolescente de 13 años, yo siempre he sido una persona seria, reservada, pero a la vez sensible, y muy expresiva respecto a mis sentimientos.

Un día desperté y sentí un pánico tan terrible que no me es posible describirlo, no encuentro las palabras para hacerlo; Y de repente... dejé de comer, para una adolescente de 13 años, es algo que no puede comprender, en mi caso, recuerdo haber sentido como el miedo paralizaba cada una de mis emociones, y me dejaba vacía, indefensa.

Comenzó a formarse un monstruo en mi interior, me impedía disfrutar de las cosas que sucedían a mi alrededor, y conforme pasaban los días, yo iba perdiendo peso, y junto con ello mis ganas de luchar.

Recuerdo un día en específico, de esos tiempos, en el que me encontraba en medio de una clase, y me sobrevino una sensación de mareo, creí que me desmayaría, recuerdo haber visto a todos observarme, yo creía que nadie notaba lo que me sucedía...

Creía que mi cuerpo no se veía diferente, que mi comportamiento era el mismo, yo trataba tan duro fingir que no sucedía nada en absoluto, pero por dentro, me sentía débil, cada vez más débil.

En mi escuela, maestros y consejeras comenzaron a hablar conmigo acerca de autoestima, de anorexia, recuerdo esas pláticas y en mi mente solo existía la pregunta "¿Qué?" Yo no tengo anorexia... no puedo tenerla, yo ni siquiera quería observarme en el espejo, sentía asco al verme ¿cómo podían llegar a creer que tenía un trastorno alimenticio? Pero, supongo que es comprensible que piensen en esa opción cuando se es adolescente y dejas de comer, tal vez ellos solo querían encontrarme una solución, pero me afectaba más de lo que ayudaba.

Después, comenzaron a llamarme a dirección para recibir mi medicina y desayuno (el cual tardaba horas en lograr terminar, a veces se me iba el día de clase entero) ya que mi madre había pedido que la ayudaran conmigo dentro de la escuela, y de repente se presentaron burlas dentro de mis clases, y provenían de un maestro, sí, de un maestro, él creía que yo salía de su clase para pasar el rato en la oficina del director, ¿acaso no notaba que estaba enferma? 

No me sentía con la energía suficiente como para replicarle, solo recuerdo que mi madre tuvo que hablar con el director al respecto y todo se detuvo, sin embargo, yo me sentía muy afectada por todo lo que estaba viviendo.

Yo no quería ir a la escuela, mi madre me obligaba a salir de la cama, en clases no prestaba atención, para serles honesta, no recuerdo mucho de ese año, aún hay cosas que mi familia me menciona de ese tiempo y no recuerdo haberlo vivido, es una sensación extraña el haber hecho algo, pero no recordarlo...

En fin, después de todo el tormento que pasé en la escuela, llegaron las vacaciones de invierno y mis padres decidieron llevarme con una psicóloga por primera vez, ya que ellos creían que estaba enferma físicamente, me hicieron estudios de todo, tomé mil medicinas, pero nada mejoraba, nada me curaba, yo solo seguía perdiendo peso, y seguía teniendo miedo, mucho miedo. 

Cuando tuve mi primera sesión con la psicóloga, ella me habló sobre un posible trastorno por estrés post traumático, me comentó que era probable que algo que haya sucedido en mi infancia se quedara almacenado en mi mente (cosa que yo no podía recordar) y que era el causante de mi sentir.

En ese tiempo me sentí comprendida, al darme cuenta de que no era la única persona a la que le sucedían estas cosas, ella me aseguró que era más común de lo que yo creía. Y me sentí aliviada. 

Debo decirles que, el dejar de comer, así como vino, se fue. Un día desperté y empecé a comer de nuevo, y jamás volvió a sucederme eso. 

Quisiera decir que todo este asunto acabó ahí, en ese instante... pero la vida no funciona de esa manera.

lunes, 30 de julio de 2018

Introducción


Hace tiempo no tenía ni la más mínima idea de cómo comenzar a escribir mi testimonio en este blog.
Observar ésta página en blanco me hizo pensar sobre las diferentes formas en que podría empezar.

He tenido la idea de recordar lo que escribía antes, en mis diarios, y decidí hacer lo mismo aquí.

Este blog esta dedicado a todas aquellas personas que se sienten incomprendidas, que pueden llegar a padecer ansiedad, o que tal vez, conocen a alguien que la padece, espero que mis palabras les sean de utilidad y que logre transmitirles lo que es vivir con ansiedad. 

Gracias por leerme :D

Estación actual parte 1: Mi filosofía de vida para ti

Y bueno, llegamos a la estación en la que me encuentro en la actualidad... estos meses han sido de recuperación, han sido enteramente dedi...